Ante cualquier presentación hay un factor que no podemos controlar: las preguntas del público. De hecho, enfrentarse al interrogatorio de la audiencia es una de las cuestiones que más nervios generan en ponentes con una gran experiencia en presentaciones profesionales y discursos públicos, pero no hay nada peor que finalizar nuestra presentación sin un turno de preguntas. Vamos a descubrir cómo responder las preguntas en una presentación, ya que tan importante será tu intervención como la respuesta ofrecida a las cuestiones del público.
4 técnicas para resolver las preguntas de una presentación
Antes de analizar a fondo las mejores técnicas para responder a las preguntas del público en una presentación conviene recordar que la preparación de la presentación es clave para salir airoso de la ronda de preguntas. Es indispensable tener un buen conocimiento sobre el tema que se expone, ya que de lo contrario nuestra presentación tendrá lagunas o espacios en blanco sobre los que nos pueden cuestionar en el turno de preguntas y el público descubrirá esa falta de preparación, lo que restará credibilidad a tu discurso.
1. Pedir que te repitan la pregunta
Seguramente sea la mejor de las estrategias para responder a las preguntas del público, ya que por una parte nos permite preparar una respuesta mientras nos repiten una pregunta que ya habíamos entendido, y por otra nos permite pedir discretamente al “preguntador” que afine un poco más. El uso de fórmulas como “te refieres a X”, “si lo he entendido bien, pregunta por…”, etc. nos permite orientar la pregunta hacia una respuesta que podemos dar sin parecer descorteses ante la audiencia.
2. Prepara las posibles preguntas y respuestas
Del mismo modo que has preparado a fondo tu presentación, puedes prepararte también para el turno de preguntas. Seguro que durante la preparación de las diapositivas y el material que vas a usar durante tu intervención aparece alguna posible pregunta del público. Una buena estrategia es que si ensayas la presentación ante tus amigos también ensayes el turno de preguntas, de modo que te puedan cuestionar. Así, podrás diseñar una serie de respuestas a las preguntas que te pueden hacer para no ir en blanco a esta parte de la exposición.
3. Dar la razón a preguntas que son una afirmación
No hay nada peor que una falsa pregunta donde lo único que hace la persona que pregunta es repetir lo mismo que has dicho tú pero con distintas palabras. No son preguntas, son afirmaciones en las que simplemente nos dan la razón. Hay personas con cierto afán de protagonismo que no pueden resistirse a esta práctica, así que utilizaremos fórmulas como “efectivamente, usted lo ha dicho todo” o similares para sortear la pregunta. Si además intentan colarnos algún producto o experiencia propia podemos tirar de ironía y dar las “gracias” por ese consejo.
4. No tengas miedo al “no lo sé”
A pesar de tu buena preparación, es posible que te enfrentes a cuestiones para las que no tienes respuesta. Un “no lo sé” no es la respuesta deseada, pero no hay que tenerle miedo. Eso sí, no nos podemos limitar a dar una respuesta negativa, habrá que justificar nuestra ignorancia sobre el tema o tratar de ofrecer una respuesta a partir de nuestro conocimiento. Esto no nos exime de preparar a fondo la presentación, ya que repetir el “no lo sé” varias veces denota falta de interés sobre el tema y poca profesionalidad.
Hacer frente a las preguntas del público en una presentación puede ser algo complicado, pero si se siguen estas cuatro estrategias que acabamos de ver tendremos gran parte del trabajo hecho. Un último consejo es que nunca debemos mentir en este aspecto, y si sobre el estrado hay algún experto o compañero que pueda dar una respuesta mejor que la nuestra podemos ofrecer una breve respuesta antes de darle paso para que la complete.