Una de las primeras cosas que deberías preguntar cuando tienes que hablar en público es con qué tipo de micro será. No es lo mismo hablar con un micro de petaca que hacerlo con un micro de pie, cada uno tiene sus propias características y la elección de un tipo u otro de micro puede condicionar seriamente nuestro discurso. Por eso, además de conocer el micrófono que vamos a utilizar también deberíamos estar preparados para hablar en público con cualquier tipo de micrófono, sea de petaca o de pie.
Hablar en público con micro de petaca
Dentro de los micrófonos de petaca hay que hacer una breve diferencia entre los de diadema y los micros de solapa. Un micrófono de diadema es ese que nos colocamos en la mejilla, pasando la diadema que lo sujeta por encima de la cabeza, y que va unido mediante un cable a la petaca. Por su parte, los micrófonos de solapa son los que se unen al cuello de la camisa o jersey que lleves, a la corbata o a la solapa de la chaqueta, a través de un clip. Y cada uno de ellos tiene sus propias características.
Si hablas con un micrófono de diadema, tienes la suerte de que el micro siempre estará a la misma distancia de la boca, hagas los movimientos que hagas. Esto presenta una enorme ventaja, y es que podrás disfrutar de un sonido mucho más uniforme durante toda la charla ya que tu movimiento no te alejará del micrófono. Eso sí, evita situar el micro justo delante de los labios para no soplar sobre él ni respirar directamente en el micrófono, ya que se amplificarán esos desagradables sonidos, lo que puede acabar por fastidiar tu discurso.
La gran ventaja de los micrófonos de diadema es el gran hándicap que presentan los micros de solapa: cuando movemos la cabeza hacia un lado, arriba o abajo, cambia la distancia entre la boca y el micrófono de modo que el volumen del sonido cambiará considerablemente. Es más, puede que incluso se deje de oír por culpa del movimiento de la cabeza. Por eso, cuando hablamos con un micrófono de solapa tenemos que procurar orientar la cabeza siempre hacia el micro, a pesar de los lógicos movimientos, para que la voz pase por encima y la capte bien.
Hablar en público con micro de pie
También nos encontramos con dos tipos de micro en el caso de los micrófonos de pie. Por una parte están los que nos permiten soltar el micrófono y desplazarnos sobre el escenario o incluso con el público, de modo que participa en nuestra intervención; por otra parte, nos encontramos con los micrófonos de pie fijos.
Cuando podemos soltar el micrófono, tenemos una mano “anulada” ya que sujeta el micro y no podemos gesticular con ella, lo que puede restar énfasis al discurso. Para hacerle frente a este problema hay que reforzar la expresividad a través de la voz, el rictus facial, la otra mano… es decir, el lenguaje no verbal. Evita alejar la mano del micrófono de la boca, o no se oirá lo que digas. Cuando el micrófono lleva un cable tenemos un problema añadido, la dificultad para movernos sobre el escenario con un cable que nos puede hacer tropezar.
Finalmente, los micros de pie fijos nos impiden cualquier desplazamiento y nos obligan a estar sobre un punto del escenario durante toda la intervención. Será más estática, aunque tenemos las dos manos libres para gesticular. Asegúrate de apuntar con la boca siempre al micrófono, de modo que el chorro de voz se dirija al micro y este pueda captarlo. No siempre es fácil, pero intenta moverte ligeramente para no dar la impresión de que estás plantado junto al micrófono.