Una de las claves para que nuestra presentación sea un éxito es que el lenguaje corporal acompañe a nuestro discurso. En ocasiones, la expresión corporal del ponente no tiene nada que ver con lo que está diciendo, no transmite esa emoción necesaria para que el mensaje cale entre la audiencia, lo que nos genera dudas. Cuando podemos caminar sobre el escenario esto es relativamente fácil, pero el problema lo llega cuando hay que hablar en público sentado. Vamos a descubrir cómo exponer una presentación sentado a partir de unas estrategias muy simples.
Trucos prácticos para hacer una presentación sentado
La clave para triunfar hablando en público sentados se divide a partes iguales entre tu capacidad para aprovechar tu voz y tu expresividad corporal. Son los mismos elementos indispensables para una presentación de pie, que cobran todavía más importancia cuando nos vemos forzados a hablar desde una silla. Si eres capaz de proyectar la voz y mantener una buena posición y lenguaje corporal tendrás parte del trabajo hecho, solo te faltará presentar los datos de la forma más eficiente posible.
Empezamos con la voz, para lo que es vital mantenernos erguidos, de modo que no perjudiquemos la capacidad de la caja torácica. Es lo que pasa, por ejemplo, cuando nos apoyamos en el respaldo de la silla y se encoge la curva de la espina dorsal, o si estamos muy inclinados sobre la mesa. Para evitarlo, nos sentaremos en el borde de la silla, sin apoyar la espalda en el respaldo y con la cabeza alta. Así, tu voz será potente y evitarás que el público te vea encogido en la silla o detrás de la mesa.
Si exponemos sentados es porque suele haber una mesa con botellas de agua, papeles, ordenadores, el proyector, etc. Es importante evitar que todo esto interfiera con tu imagen y con tu voz, en especial si la sala es pequeña y no hay micrófono. Asegúrate de despejar todos esos obstáculos que, aunque no lo parecen, funcionan como una barrera entre tu audiencia y tú, de modo que el mensaje no llega tan nítido como nos gustaría.
Un buen truco puede ser elevar la altura de la silla, incluso con un cojín, aunque sin destacar muy por encima del resto de ponentes o conferenciantes.
Como ves, la proyección de la voz está relacionada en cierto modo con la expresión corporal, con la que también tenemos que jugar. No podrás utilizar el tren inferior para comunicarte, cierto, pero tienes una cara, unos brazos y un tronco que te ayudarán a hacerlo. Es más, según el tipo de mesa -o incluso si no hay mesa- las piernas serán visibles por el público.
El truco definitivo está en utilizar los mismos recursos expresivos que utilizaríamos de pie pero con una mayor intensidad: los gestos, el movimiento de brazos y manos, la sonrisa… Un último detalle: por muy cerca que tengas tus notas, evita mirarlas de forma constante ya que perderás autoridad ante un público que te verá inseguro.
Exponer de pie o sentado: ¿qué es mejor?
Si puedes elegir, hablar en público de pie es la mejor opción así que no lo dudes y quédate con esta posibilidad. El problema llega cuando no tenemos esta opción por las características del lugar donde vas a dar tu presentación o por el tipo de exposición de la que se trata, como es el caso, por ejemplo, de una entrevista de trabajo, o bien, el hecho de tener que cantar los temas en unas oposiciones. En ese caso, no hay más remedio que aplicar estos consejos para hablar en público sentado y ser lo más comunicativos que podamos. Un último consejo, si puedes elegir silla -o sillón- busca siempre la silla más rígida, te ayudará a mantener la mejor expresión corporal.