Cuando hacemos una presentación profesional, prestamos especial atención a cuestiones como el texto, la calidad de los gráficos e imágenes que incluimos en ellas o en que el tamaño de la letra sea el adecuado. Sin embargo, cuestiones como el fondo de la presentación pueden pasar desapercibidas en muchos casos, lo que supone un grave error. El fondo de una presentación profesional es casi tan importante como el texto o los recursos empleados en la misma, ya que juega un papel clave en la atención del público.
Importancia del fondo en una presentación profesional
Hay ponentes que utilizan el fondo de una presentación por defecto que aparece en el programa que utilizan para diseñarla, sin fijarse en las consecuencias que puede tener. Incluso si optamos por descargar plantillas de presentación listas para ser utilizadas, tenemos que cuidar el fondo de una presentación formal si queremos que nuestro trabajo sea un éxito.
1. El color del fondo facilita (o dificulta) su lectura
Uno de los grandes debates es si utilizaremos un fondo oscuro o claro en la presentación. Un fondo oscuro es ideal para grandes salas, como por ejemplo un aula o un salón de conferencias, mientras que el fondo claro es ideal para espacios más pequeños ya que aporta más luminosidad. Eso sí, un fondo claro excesivamente luminoso puede ser una molestia para el público, ya que satura la vista y nos dificulta la lectura. Por eso hay que hilar muy fino con los fondos claros o elegir directamente uno oscuro.
2. Hace que la presentación sea formal o informal
Se suele decir que el fondo de una presentación formal será oscuro y el fondo de una presentación informal será claro. Esta es una verdad a medias, ya que si bien es cierto que los fondos oscuros nos ayudan a aportar ese punto de seriedad y formalidad a nuestras presentaciones profesionales y los fondos claros son bastante más informales, hay otros aspectos que influyen en ello, como la fuente elegida. En cualquier caso, y como hemos visto en el punto anterior, los fondos oscuros deberían tener preferencia ante los claros.
3. No debe interferir con el texto
De nuevo nos encontramos con la posibilidad de que el fondo elegido se confunda con el texto, de modo que dificulte su lectura al público. Elegir un fondo muy recargado distraerá al lector de lo verdaderamente importante, los datos que aparecen en la diapositiva, y puede complicar la lectura. No hace falta limitarnos a fondos lisos, podemos optar por los fondos de presentación degradados, con figuras, mosaicos, etc., pero siempre con la condición de que sean agradables a la lectura y no llenen la presentación de ruido visual.
4. El fondo marca el ritmo de la presentación
Una estrategia muy interesante es elegir diferentes fondos para marcar el ritmo de la presentación o para resaltar determinadas positivas. Recuerda que el fondo es un recurso más que tenemos a nuestra disposición para reforzar el mensaje que vamos a dar, y si hay una diapositiva muy importante o un tramo de la presentación que quieres destacar, puedes cambiar el fondo. En el caso de presentaciones muy largas, podemos cambiar de fondo cada cierto número de diapositivas para romper con la monotonía.
5. Puedes colocar el logotipo de la empresa o tu marca personal en el fondo
El último punto en el que nos fijaremos al diseñar una presentación es la inclusión (o no) del logotipo de la empresa o nuestra marca personal. Una práctica relativamente habitual es que en el centro de la diapositiva haya una marca de agua con el logotipo de la empresa, algo que debes evitar a toda costa ya que distrae y dificulta la lectura. Lo que sí podemos hacer es situar el logotipo de la empresa -o una marca de agua- a tamaño reducido en una esquina del fondo, fuera de la parte dedicada al texto. También puedes introducir tu marca personal (nombre, correo electrónico, redes sociales…).