No hay nada más aterrador que quedarnos en blanco durante una presentación. Por muy bien que la hayas preparado, siempre existe la posibilidad de que aparezcan los nervios y perdamos el hilo de lo que estábamos diciendo. Si has memorizado el discurso de pe a pa tienes más opciones de que te pase, y te encontrarás ante una situación crítica de la que hay que salir como sea. Por eso, vamos a ver cómo podemos superar el quedarse en blanco en una presentación para que todo nuestro trabajo no quede comprometido.
Cómo evitar quedarse en blanco en una presentación
Hay varias razones que explican por qué un ponente se ha quedado en blanco. Como hemos dicho, una de ellas es la memorización excesiva del discurso, que a parte de restar naturalidad implica ese peligro. Pero cuidado, porque la falta de preparación también puede hacer que te quedes en blanco si has olvidado una parte. Por suerte, la solución en ambas situaciones es la misma: ensayar tu presentación todo lo que puedas y contar con un buen guión en la presentación que, en caso de duda, te ayuda a recuperar el hilo del discurso.
Otra de las razones por las que podemos quedarnos en blanco es nuestra timidez e inseguridad, un miedo al ridículo que puede atenazarnos hasta límites insospechados y jugarnos una muy mala pasada. Aquí la solución no es tan simple como practicar el discurso ,que también te ayudará a dejar atrás los nervios, sino que además hay que trabajar con nuestras habilidades sociales para superar ese pánico a hablar en público. Recuerda que fallar es humano, y no podemos tener miedo al error sino que este debe ser un estímulo para seguir aprendiendo.
Qué hacer si te quedas en blanco durante tu presentación
Pero por mucho que ensayemos el discurso, practiquemos las técnicas para hablar en público y tratemos de superar esos nervios y miedos, siempre es interesante saber cómo superar el quedarse en blanco en una presentación para poder reaccionar si nos vemos inmersos en una situación dramática como esa. Lo mejor que puedes hacer es consultar el guión que te has preparado para la presentación y a partir de tus anotaciones recuperar el hilo de tu discurso de la forma más eficaz posible. Recuerda que en el guión deben aparecer ideas y temas clave, no la transcripción de la presentación palabra a palabra.
Si te has preparado bien la presentación es posible que tengas preparadas una serie de preguntas para la audiencia o algún tema para completar tu exposición. Pues bien, si te has quedado en blanco puede ser el momento de utilizar el comodín de lanzar preguntas al público para impulsar su participación en la presentación y generar un pequeño debate mientras vuelves a ordenar tus ideas mentales y vuelves a la presentación.
También es interesante hacer una pequeña pausa en la que aprovecharemos para beber agua, una cuestión que no debes olvidar siempre que hables en público y reestructurar nuestros esquemas mentales en busca del siguiente punto a tratar en la presentación. Bebe agua, respira y vuelve a hablar. Hay más estrategias para salir del paso si nos quedamos en blanco, como saltarnos directamente un tema que luego recuperaremos y pasar al siguiente, hacer una pequeña recopilación de lo que hemos visto hasta el momento o poner un ejemplo que lo ilustre.
Intenta recuperar la conversación como si nada. Utilizar frases como “perdón, me he quedado en blanco” es un síntoma de debilidad, una forma más de exteriorizar tus nervios. Si ya antes de quedarte en blanco habías dado síntomas de nerviosismo, perderás toda la credibilidad ante el público y tu mensaje no logrará el efecto deseado. Recuerda que ellos no saben qué pasa por tu cabeza ni el guión previsto, y manejando bien la situación el problema puede quedar disimulado.