Ya desde las culturas como la griega o la romana, la oratoria ha sido un punto clave a la hora de afrontar discursos. Si durante tu día a día profesional te encuentras con la obligación de hablar en público y ofrecer discursos, charlas o presentaciones te interesará conocer las técnicas de oratoria más interesantes. Con ellas, podrás reforzar el contenido no verbal de tu discurso, conseguir llegar mejor al público y, en definitiva, lograr un discurso más potente que te permita cumplir con tus objetivos. Por eso vamos a ver las 5 mejores técnicas de oratoria que tenemos hoy en día.
1. Diseña una estructura fácil de recordar
Durante la preparación de la presentación puedes aprovechar para diseñar una estructura muy clara que te permita recordar todos los aspectos clave. No hay que complicarse, podemos utilizar el esquema clásico de introducción, desarrollo y conclusión, donde incluiremos una llamada a la acción, y la presentación será más que efectiva. Una estructura simple y lineal nos permite recordar el orden de puntos y destacar los más interesantes, a la vez que el público puede seguir tu intervención con facilidad.
2. Memoriza los puntos clave
Jamás memorizaremos un discurso completo, ya que corremos el riesgo de quedarnos en blanco con solo olvidar una palabra y nuestra intervención será robótica, muy artificial; pero sí que podemos memorizar los puntos clave de la intervención. De hecho, mucha gente memoriza la frase inicial para empezar con confianza y soltarse a partir de ahí. Además de la introducción, se pueden memorizar los dos o tres puntos o frases cruciales y el cierre. Así, la parte central del discurso será mucho más natural.
3. Utiliza un vocabulario simple
Cuantos más tecnicismos y palabras o expresiones complejas utilices, más fácil será cometer un error que puede marcar la presentación. Utiliza un vocabulario simple, con el que te sientas más cómodo a la hora de explicar una idea, propuesta, etc. A la gente le gusta que le digan las cosas claras y sin rodeos, así que evita un lenguaje excesivamente formal o rebuscado. Eso sí, tampoco utilizaremos palabras vulgares sino que adaptaremos el vocabulario al contexto.
4. Aprovecha el lenguaje no verbal
No nos cansamos de repetir que tan importante es lo que se dice como lo que no se dice, así que aprovecha el lenguaje no verbal y sácale el máximo partido. La mejor forma para trabajarlo es que te grabes en una intervención pública, y a partir de ahí analizar lo que funciona y lo que no para tratar de corregir esto último. Siempre que sea posible, anda y muévete sobre el escenario, un andar tranquilo y controlado que te ayude en tu discurso.
5. Interactúa con el público
Interactuar con nuestra audiencia es la mejor forma de tenerlos involucrados y atentos a lo que decimos. En este sentido, puedes aprovechar las diapositivas de la presentación para incluir frases impactantes que repetirás en el discurso para que el público las comparta en redes sociales, haz preguntas a la audiencia y crea la oportunidad de que participen. No olvides dirigirte a toda la audiencia, haciendo barridos visuales por las diferentes zonas con público.
Recuerda que si quieres que estas estrategias de oratoria funcionen tendrás que practicar tu discurso una y otra vez antes de ponerlo en práctica. La preparación de cualquier presentación exige un mimo y unos cuidados, entre ellos practicar varias veces para comprobar que todo funciona bien, que no hay palabras o frases complejas, que nos sentimos cómodos con las diapositivas y que nos acordamos de todos los aspectos clave. Practicando también podrás corregir los posibles fallos y mejorar aspectos de la presentación y de la oratoria.
