Seguro que si echas la vista atrás y recuerdas los tiempos del colegio o la universidad recuerdas a más de una persona que entraba en pánico cuando los profesores le preguntaban o tenían que hacer una exposición oral. El miedo a hablar en público es algo a lo que nadie escapa, pero algunos son capaces de manejarlo mejor que otros. A medida que maduramos lo vamos dejando atrás, pero si en tu trabajo tienes que hacer presentaciones o exposiciones vas a tener que perder el miedo a hablar en público.
Cómo perder el miedo a hablar en público
De todo se aprende y del mismo modo que hemos desarrollado el miedo a hablar en público podemos dejar atrás nuestros temores. Como decíamos al principio, muchas veces estos miedos son fruto de una ansiedad que se nos escapa de las manos. Por eso, una de las mejores formas de enfrentarnos a nuestros miedos es exponernos voluntariamente a situaciones que nos causan ansiedad para hacerle frente, de forma que aprendamos a luchar contra ella y desarrollemos mecanismos de control.
1. Aprender a relajarse antes de hablar en público
El hecho de huir del problema hará que la bola de nieve sea cada vez más grande, por lo que nuestro miedo a hablar en público no dejará de crecer. El uso de técnicas de relajación tanto previas a nuestra intervención como mientras hablamos en público nos ayudará a controlar las constantes: se rebajan los nervios y la velocidad cardíaca, sudaremos menos y ganaremos confianza. Algo tan simple como respirar y beber un trago de agua antes de hablar nos ayuda a relajarnos ante el público.
2. La preparación del discurso
Esto también te ayudará a superar el miedo a hablar en público. Ya hemos dicho que el temor a una mala evaluación es una de las causas de estos miedos a hablar en público, así que si preparamos un buen discurso dejaremos atrás los nervios. No conviene memorizarlo de cabo a rabo, pero sí que deberíamos tener un esquema básico a partir del cuál podemos desarrollar la intervención. El apoyo de la presentación en el proyector también ayuda. Tampoco iremos sin preparar el discurso, ya que entonces seguro que la cosa sale mal.
3. Practicar previamente
Dentro de la preparación podemos ensayar frente al espejo, o grabarnos, de modo que controlemos los gestos, tono de voz, etc., elementos que nos ayudarán a realizar una mejor intervención y dejar atrás el miedo a hablar en público. Mientras ensayas frente al espejo puedes aplicar otra táctica muy interesante, la de fijar la vista en un punto concreto, por ejemplo en alguien del público que nos inspire confianza o a los diferentes puntos de la sala. De esta manera, dejaremos atrás el miedo al hablar en público y afrontaremos nuestras intervenciones con confianza.
¿Por qué da miedo hablar en público?
Pero antes de entrar a fondo en las estrategias y técnicas para vencer el miedo a hablar en público, hay que buscar las razones por las que enfrentarnos a una presentación oral nos produce pavor. En la mayoría de casos, este miedo suele estar relacionado con el temor a una mala evaluación o a que el público no nos escuche porque nuestros mensaje no le interesa o porque no estamos a la altura de lo que esperan oír. Como ves, son cuestiones psicológicas que nos pueden entorpecer en nuestra vida profesional.
También conviene destacar que al empezar un discurso público solemos experimentar unos nervios o tensión que son habituales. Sin embargo, hay gente capaz de gestionarlos mejor y hay gente que se bloque a partir de síntomas como el aumento del pulso o de la sudoración, la aparición de temblores, etc. Esto hace que nuestra voz no sea tan contundente como siempre, sonamos un poco dubitativos, perdemos la concentración… Y a partir de una mala experiencia desarrollamos el miedo a hablar en público.