Cada vez que tenemos que hablar en público nos enfrentamos a una serie de elementos que están ahí y a los que tenemos que adaptarnos. Uno de ellos es el atril, donde estará instalado el micrófono. Lo primero que debes saber es que el atril es una barrera entre el público y tú, un obstáculo que hay que superar, pero que también sirve para resaltar tu posición frente a la de los espectadores. Vamos a descubrir una serie de trucos para hablar en público desde un atril para que te sientas más cómodo la próxima vez.
1. No atrapes el atril con las manos
Lo primero que tendremos en cuenta al hablar desde un atril es el uso de las manos. Como sabes, el lenguaje gestual juega un papel clave en nuestro discurso así que tendremos que saber cómo actuar con el atril. No te cojas con las dos manos al atril, ya que demuestras inseguridad y al estar cogido a un punto fijo pierdas rango de movimiento. Puede ser un elemento de apoyo, y puedes situar una mano sobre el atril, pero evita cogerte con ambas manos. Nadie te va a arrancar del atril, así que no hace falta que te sujetes.
2. Evitar golpear el atril
Y aunque no te sujetes, cuidado con las manos y los golpecitos en el atril. Muchas veces hacemos un pequeño repicar con los nudillos sobre el atril, de forma inconsciente, o jugueteamos con los bolígrafos o los papeles que tenemos en el atril. Trata de evitar estas conductas, ya que cualquier ruido que hagas fuera de lugar se amplificará por el micrófono, lo que muchas veces provoca una sensación bastante desagradable para el oído de la audiencia que puede acabar por arruinar nuestra presentación.
3. Vigila el micrófono
Solucionado el tema de las manos, hay que hablar de la posición del micrófono. Generalmente, si tenemos un atril es porque hay un micrófono que apunta hacia nosotros, no tendremos la suerte de contar con un micrófono de petaca. Más allá de reducir nuestro rango de movimientos, hay que situar el micrófono a la altura correcta para que el chorro de voz llegue de la mejor forma posible, sin forzarnos a adoptar posturas antinaturales. Si está muy alto tendrás que estirarte -y te tapará-, si está bajo tendrás que sacar chepa y encorvarte, perjudicando tu imagen.
4. Controla la postura corporal
Cuando te muevas, sobre todo la cabeza, recuerda seguir apuntando con la boca hacia el micrófono. El hecho de contar con el atril supone una referencia sobre la posición del micrófono que puedes aprovechar para mirar mucho más hacia el público que si tuviésemos otro tipo de micrófono que nos permita más movilidad. Procura mantener siempre una postura corporal correcta, sin apoyarte en exceso en el atril y sin repantigarte sobre él, ya que causarás una mala impresión y no aprovecharás el micrófono al 100%.
5. No leas el discurso aprovechando el atril
Finalmente hay que hablar del uso de papeles, esquemas, etc. Leer en una presentación debería estar prohibido bajo cualquier circunstancia, así que no aproveches el atril para situar los folios con tu discurso y leerlo de inicio a fin. Resta credibilidad, y perderás ese contacto visual tan importante con el público para que crea lo que estás diciendo. Lo que sí puedes hacer es situar un esquema o los puntos clave del discurso, y echar un vistazo de vez en cuando para apoyarte.
Eso sí, es un apoyo, por lo que mantendremos nuestra vista sobre el público durante la mayor parte del tiempo. Como ves, hablar en público con un atril es muy fácil. Tiene sus pros y sus contras respecto a las charlas o presentaciones en público sin atril, así que trataremos de aprovechar las ventajas que nos ofrece para potenciar al máximo nuestro discurso y sortearemos los puntos débiles de la mejor forma posible.