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A estas alturas ya sabrás que todo lo que necesitas para tu presentación es un buen guión que te ayude exponer los diferentes puntos de los que vas a hablar. Un guión que se complemente con los datos que has seleccionado para la presentación en diapositivas en la que te apoyarás, y que será el eje sobre el que pivotará tu discurso oral. Puede parecer una tarea fácil, pero no lo es ya que nos exige una serie de equilibrios para incluirlo todo. Por eso es importante no dejar nada al azar y diseñar un buen guión de la presentación.
Cómo estructurar una presentación
Lo primero de todo será destacar que la preparación de tu guión de la presentación va de la mano de las diapositivas que vas a utilizar. Una costumbre muy habitual es preparar antes la presentación y a partir de ahí redactar el guión, pero conviene recordar que las diapositivas son un apoyo más para tu discurso, no el elemento principal, aunque sean lo que se llevará el público. Podemos coger una presentación de diapositivas que ya tengamos y adaptarla al guión, sí, pero siempre coordinando los dos elementos.
1. Organizar las ideas
Para empezar, deberíamos preparar una lista de ideas a transmitir. Es un listado en el que vamos a introducir todas las ideas que queremos que se lleve nuestra audiencia. Para que sea efectivo hay que introducir unas ideas tan exactas y precisas como sea posible, ya que si generalizamos no nos será de mucha ayuda. Son esas ideas que se repetirán reiteradamente en la presentación, con las que podremos introducir una serie de datos, resultados, tendencias o conclusiones que nos sirvan para reforzarlas.
2. Usar datos relevantes
El hecho de que sean ideas precisas también nos permite destacar todo lo que vamos a decir. De otra forma es posible que involuntariamente omitamos informaciones porque no las tenemos en el guión y se nos olvida mencionarlas. Es importante no escribir un guión fijo, sino destacar una serie de frases o datos introductorios que te permitan improvisar el discurso sin apartarnos del eje principal, que no es otro que las ideas que vamos a destacar.
3. Pensar en el orden de las diapositivas
Cuando tengas claras las ideas que vas a tratar en tu discurso tendrás que enlazarlas. Aquí, el uso un patrón de las diapositivas cobra especial importancia ya que el pase de una diapositiva a otra nos permite cambiar de idea, pero para que la exposición sea clara y fluida es imprescindible enlazar unas ideas con otras. Debe ser una transición natural, y aquí podemos utilizar fórmulas de todo tipo según las necesidades de cada momento: “en consecuencia”, “por tanto,” “esto supone que”, “para evitarlo”, “de este modo”…
4. Ensayar varias veces
Sabemos que el tiempo es oro, y no siempre tendrás tiempo para ensayar la presentación y poner en práctica una serie de técnicas para hablar en público pero el último paso para comprobar que el guión de la presentación es acertado consiste en ensayar tu exposición al menos una vez. De esta forma sabemos si nombramos todas las ideas clave, si hay alguna palabra complicada, si debemos destacar alguna idea en nuestro propio guión, si el texto concuerda con las diapositivas o si hay que cambiar algo. Si todo está bien, ya tienes el guión.
Consejos para utilizar tu guión
Ahora que ya tienes el guión preparado te será mucho más fácil afrontar la presentación. Aún así, hay una serie de aspectos que deberías tener en cuenta. El primero es que el guión es un apoyo, no un documento al que tenemos que ceñirnos obligatoriamente. Según el desarrollo de la presentación puedes saltarte algún punto, cambiar el orden, etc. Cuestiones como la gestión del tiempo o las preguntas del público influyen en ello. Recuerda que de nada vale memorizarlo, parecerás un robot y eso es lo último que queremos. Es una referencia, así que tampoco lo leeremos.
